Durante casi dos décadas, Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer dominaron el tenis mundial y marcaron una era irrepetible. Su rivalidad definió generaciones, batió récords y dividió pasiones en todas las canchas del planeta. Sin embargo, más allá del respeto y la historia compartida, el vínculo entre ellos nunca se tradujo en una amistad personal, según confesó el propio Djokovic.

“No podemos ser amigos”

En una entrevista reciente, el serbio fue contundente: “Nunca pude ni podré ser amigo de Nadal o Federer”, dijo. Aunque aclaró que siempre existió cordialidad, aseguró que la competitividad feroz entre los tres hizo imposible construir un lazo fuera de las canchas. “Nos respetamos, pero todos queríamos ser el mejor. Es imposible ser amigos en esas condiciones”, explicó el número uno del mundo.

Djokovic tiene una conexión especial con Rafael Nadal, el rival que más lo exigió y el que más lo hizo evolucionar. “Fuimos a cenar un par de veces cuando éramos jóvenes”, recordó Nole, destacando la cercanía que existía antes de que la competencia los enfrentara constantemente en los grandes escenarios.

A pesar de la imposibilidad de una amistad real, Djokovic expresó una profunda admiración por el español, al que considera una inspiración y un motor de superación. “Gracias a él y a Federer crecí y me convertí en quien soy”, reconoció. En el plano deportivo, la rivalidad entre ambos es una de las más icónicas de la historia: Djokovic lidera el historial con 31 triunfos contra 29 derrotas.

El respeto por Federer

Con Roger Federer, la relación fue siempre más distante, aunque igualmente marcada por el respeto. Djokovic lo definió como “uno de los más grandes de todos los tiempos” y destacó su “impacto extraordinario en el deporte”. Sin embargo, admitió que nunca lograron entablar un trato cercano: “A diferencia de Rafa, nunca estuve realmente cerca de Roger”, señaló.

En el cara a cara, Djokovic también lleva la ventaja sobre el suizo, con 27 victorias y 23 caídas, un duelo que tuvo capítulos inolvidables, como la final de Wimbledon 2019, ganada por el serbio tras salvar dos puntos de campeonato.

Rivalidad, respeto y legado

Pese a los años de competencia, Djokovic insistió en que jamás hubo animadversión con ninguno de los dos. “Siempre hubo respeto y una relación profesional muy buena”, dijo. La rivalidad entre los tres moldeó la historia del tenis moderno: durante casi veinte años, compartieron el dominio absoluto del circuito y se repartieron todos los grandes títulos.

Hoy, a sus 38 años, Djokovic es el único que sigue en actividad. Además de liderar los enfrentamientos individuales, también encabeza la estadística más simbólica: 24 títulos de Grand Slam, por encima de los 22 de Nadal y los 20 de Federer.